Hace dos años publique mi cuento con toda la ilusión se que pone en algo qué esperas durante años. Escribo cuentos desde que tengo memoría y, por fín me decidi apublicar uno por mi cuenta. Hojala no lo hubíera hecho sin antes comprobar a quién le entregaba mi trabajo. Pero que le vamos a hacer, soy confiada, pienso que todo el mundo hace las cosas bién y no pensé en equivocarme. Pues bién lo hice, confié en una imprenta que trabaja para el... lo dejo aquí, no vale la pena mencionarlos, ya no me importa. El caso és que mi libro salió de la imprenta sin corregir, un tal Manel me dijo que era culpa mía si tenía tantas faltas de ortografía. En eso tuve que darle la razón, no soy lo que se dice una unibersitaría, soy autodidacta y como veis escribo con el corazón, así es mi cuento, apasionado como yo. No lo leí, creí que estaría bien e implique al Alcalde de mí ciudad, que muy amablemente se prestó a ello y lo hizo con una fiesta entrañable que no olvidaré.
Despues lo leí como si otro autor lo hubiere escrito. Dios que decepción. Todas las faltas de ortografias estaban allí y creo que alguna más, faltaba parte del tecto. Creí que todo aquello no me estaba ocurriendo, que realmente yo no podía haber escrito algo así. Pero por lo visto sí.
Leí mí copía una y otra vez, no se parecía en nada de lo publicado, me hicierón un apaño y volvierón a traermelo, mi esposo me dijo que no tenía importancía las faltas ortográficas, que nadíe se daría cuenta ¿pero una cosa es escribir y otra leer.
No he vuelto a publicar mis cuentos ni creo que lo haga núnca, sigo escribiendole los cuentos a mis nietas.
Sé que es bueno, a pesar de todo alguna librería se atrebío a bendelo y me quedan tres cajas en casa que iré regalando a quién me parezca. Pero Monica la bruja de Barcelona quedará en mí vida como un mal recuerdo de confianza en los demás. Es un libro de aventuras sobre mi pueblo (Conellá) que solo unos pocos habran leido. Espero que no se fijaran en esas faltas que tanto daño me han echo.
Sé que abitualmente cometo errores en la escritura, pero los que tienen la obligación de remediarlo son los que se comprometen a publicarte un libro que para más inri te lo pagas tú con mucho sacrificio.
Despues lo leí como si otro autor lo hubiere escrito. Dios que decepción. Todas las faltas de ortografias estaban allí y creo que alguna más, faltaba parte del tecto. Creí que todo aquello no me estaba ocurriendo, que realmente yo no podía haber escrito algo así. Pero por lo visto sí.
Leí mí copía una y otra vez, no se parecía en nada de lo publicado, me hicierón un apaño y volvierón a traermelo, mi esposo me dijo que no tenía importancía las faltas ortográficas, que nadíe se daría cuenta ¿pero una cosa es escribir y otra leer.
No he vuelto a publicar mis cuentos ni creo que lo haga núnca, sigo escribiendole los cuentos a mis nietas.
Sé que es bueno, a pesar de todo alguna librería se atrebío a bendelo y me quedan tres cajas en casa que iré regalando a quién me parezca. Pero Monica la bruja de Barcelona quedará en mí vida como un mal recuerdo de confianza en los demás. Es un libro de aventuras sobre mi pueblo (Conellá) que solo unos pocos habran leido. Espero que no se fijaran en esas faltas que tanto daño me han echo.
Sé que abitualmente cometo errores en la escritura, pero los que tienen la obligación de remediarlo son los que se comprometen a publicarte un libro que para más inri te lo pagas tú con mucho sacrificio.