11 de julio de 2014

LA IMAGINACIÓN TRAMPOSA


Cuando la imaginación te hace trampas ves monstruos donde solo encuentras valentía, cobardía donde solo existe el deseo de salir adelante de situaciones angustiosas pero que sabes y no ves.
Sientes que algo va mal por un comentario algo ingenioso de un tema tan tabú como la muerte (señor si todos nos tenemos que morir) pero claro la imaginación nos lía un desaguisado que montamos el número como es natural en mí.
Lo natural en mí es hablar de ella por que siempre la tengo presente y no me molesta saber  que la tengo al lado las veinticuatro horas del día. pero...
otra cosa es que alguien que quieres la mencione de forma tan natural como lo haces tu. Bien, ahí la lías parda.
No duermes dándole que te pego ha lo leído o escuchado, eres capaz de coger el ordenador y ponerte de acuerdo asta con ese más allá o acá con tal de montar la marimorena. Reconozco una cosa, que muchas, la mayor parte de las veces que escribo algo misterioso lo traslado a mi vida personal y les doy el coñazo a todo el que me rodea o aprecio de verdad, no tengo consideración de horas y mucho menos pienso que es parte de aquello que estas haciendo, esa historia te puede, y te conviertes un una protagonista que estas muy lejos de ser y utilizas a otra para representarla.
Desde aquí debo volver a pedir disculpas por montar un número que no corresponde en este guión y, mira por donde tengo que reconocer que debería trasladarlo donde en primer lugar debía ir. No, no volveré a equivocarme (bueno eso digo hoy) de está forma tan transcendental por que una cosa es imaginar una historia y otra creerse que puede convertirse en real, aunque muchas veces supere la realidad a la fantasía mas disparatada como ha veces me ocurre a mí.
Ultima mente me veo un poquito chocheando,  quiero decir... las cosas, las historias las imagino mas trágicas, tal vez es la sociedad que estamos viviendo que me hace escribir duras historias en vez de aquellos cuentos mágicos que tanto gustan a mis nietas, además al tener la mano chunga, las letras me salen un poco pardas, menos mal que ellas a pesar de todo las entienden mejor que yo.
Me encanta ímaginar historias pero reconozco que hoy me pasé un montón de pueblos pensando que aquello imaginado pudiera hacerse real.